En esta primera parte del post, queremos dar una justificación de porqué creemos que los cuentos son una herramienta muy útil y poderosa para trabajar la educación emocional en el trastorno del espectro autista (TEA). En la segunda parte del post, haremos una extensa recopilación de recomendaciones lectoras según las emociones que se plantean en cada cuento y también algunos títulos que trabajan las emociones en general.
Los niños y niñas con TEA se caracterizan por una falta de habilidad emocional, por lo que es imprescindible trabajar ese ámbito con ellos. El cuento es un recurso pedagógico muy significativo para trabajar este ámbito en la infancia, ya que gracias a estos, los niños y las niñas pueden vivir las vidas de los personajes, y ver reflejadas sus propias emociones en estos.
Estas comienzan a aparecer en los primeros contactos del recién nacido con sus padres, el cual expresará a través de sus emociones su satisfacción o desagrado. La comprensión de las emociones por parte de los niños está estrechamente relacionada con sus propias experiencias vividas en su entorno más cercano. Fortalecer el vínculo familiar y trabajar la educación emocional desde la infancia influye en una buena salud mental del niño.
Será a partir de los tres o cuatros años de vida cuando los niños sean capaces de explicar las emociones propias y ajenas.
Según Damasio, las emociones y los sentimientos son dos fases de reacción humana ante determinados estímulos, y que por lo tanto están relacionados. Cuando un estímulo procedente del exterior, es recibido por una persona, crea de forma automática una reacción involuntaria. Esa reacción involuntaria que se produce en la persona es lo que llamamos emoción. El cerebro procesa dicha reacción y la transmite a todo el cuerpo, la cual va acompañada de ideas y pensamientos que darán lugar a lo que conocemos como sentimiento. Es decir, los sentimientos son el resultado de las emociones.
Las emociones podemos clasificarlas en primarias y secundarias.
Las emociones primarias están unidas a los procesos de maduración de estructuras mentales de la persona y que son las bases del proceso emocional; ejemplo de estas son la alegría, la tristeza y la sorpresa.
Las emociones secundarias se desarrollan como producto de la socialización, la experiencia y de las capacidades cognitivas de la persona; como pueden ser la culpa, la vergüenza, el orgullo y los celos.
Pero ¿qué pasa cuando se presenta algún tipo de discapacidad o de déficit y no pueden llegar a comprender las emociones? Estas personas no pueden quedarse ajenas al mundo emocional en el que vivimos.
Un buen relato entusiasma a grandes y pequeños, es una invitación a jugar una historia, a empatizar con un personaje, a sentir como él o como ella, a pensar en cómo ayudarle, a ser feliz cuando es feliz, para después comunicarle a quien lo lee o lo escucha, que ese personaje es como las personas que ve a diario, que conviven con nosotros, que requieren de la misma empatía y apoyo.
El cuento se acompaña de sonidos, de movimientos, de imágenes y propicia una enseñanza que puede volverse significativa para el receptor, y así nos divertimos y aprendemos, nos reímos y reflexionamos, en definitiva compartimos momentos que pueden en el futuro ser la respuesta a diversas situaciones que a las personas con autismo les cuesta enfrentar y comprender, porque el cuento ayuda a visualizar y fijar en la mente de los niños aquellos comportamientos que son correctos.
En este sentido, después de leer un cuento, es muy importante reflexionar sobre lo escuchado y tener una conversación con la que descubriremos las posibilidades del cuento desde el punto de vista de la educación emocional, con preguntas como ¿Qué te ha parecido tal cosa?, ¿Te ha parecido bien esto o esto otro? ¿Te has sentido bien/mal con este suceso?…
Es muy importante a la hora de contar cuentos y de transmitir sensaciones a los niños, la forma de contarlos. Antes de comenzar se deberán presentar los personajes a nuestros oyentes, una vez se comience la historia debe hacerse en un tono elevado, con buena entonación y gesticulación, mirándoles y mostrándoles las imágenes. Podemos también crear cuentos motores:Por ejemplo: tener apoyos visuales, elegir diferentes juguetes como pelotas, o tener títeres e invitar a los niños y las niñas a moverse como las mariquitas, hormigas, saltamontes, a expresar las emociones, podemos exagerar los gestos, podemos aprovechar y jugar a las escondidas, hacer mímica y convertimos el cuento en una puesta en escena diferente ya que pasamos a ser de simples oyentes y lectores .a los mismos personajes del cuento.
Los cuentos seleccionados deben estar adaptados a las características de los niños/as, por ejemplo :
- Las imágenes deben están estructuradas y organizadas. Destacan por su colorido y sencillez para que los niños puedan reconocerlas.
- Las páginas mejor que tengan frases cortas y simples para que no exista exceso de información.
- Las palabras cuenten con un apoyo visual, los pictogramas. Esto resulta útil para poder guiar a los niños y captar su atención.
- Los cuentos sean narraciones cortas para que los lectores logren retener toda la información de la historia.
También es recomendable contar el cuento dos veces: En la primera simplemente deben escuchar la historia y la segunda vez iremos haciendo actividades y respondiendo preguntas a medida que leemos de nuevo el cuento.
En base a todo esto, podemos trabajar una serie de objetivos:
- Favorecer el desarrollo integral de los niños y niñas
- Ayudar a la comprensión y aprendizaje de la lengua y a la adquisición de determinadas pautas y conductas de diálogo (verbales y no verbales).
- Favorecer el aprendizaje del entorno que le rodea, del mundo, cosas y fenómenos, relaciones, actitudes, normas y valores.
- Beneficiar la actividad espontánea, voluntaria y libremente elegida por los niños.
- Estimular la imaginación y el lenguaje, aprender valores o prepararse para las dificultades de la vida
- Adquirir conocimiento de sus propias emociones.
- Identificar las emociones de los demás y el porqué de ellas.
- Señalar algunas de las características de cada emoción trabajada
Bibliografía:
- Hortal, C. (2014). Trastorno del Espectro Autista. ¿Cómo ayudar a nuestro hijo con TEA? Barcelona: Omega.
- Happé, F. (2007) Introducción al autismo. Madrid: Psicología Alianza Editorial.
- Araújo, J. (2010). Actividades para el desarrollo de la inteligencia emocional en los niños. Barcelona: Parramón.
- Zardaín, P. C. (2013). Leo TEAyuda. Valencia: Psylicom ediciones