En esta entrada queremos analizar a qué pueden ser debidos los problemas de Alimentación en el TEA.
Las causas de estos trastornos de la alimentación son, en muchas ocasiones, comunes a las de otros niños que no presentan TEA, pero diferentes estudios plantean que la causa de que sean más propensos a sufrir problemas alimentarios es debido a diferentes variables como pueden ser :
Alteraciones sensoriales
Esta es una de las causas más habituales, Muchas personas con TEA tienen hiposensibilidad (poca sensibilidad) o hipersensibilidad (mucha sensibilidad) en uno o varios sentidos, lo que provoca alteraciones en la alimentación.
Auditivas: los ruidos intensos, agudos o continuos les pueden provocar sensaciones extremadamente molestas o casi dolorosas.En la alimentación estos ruidos pueden ser los provocados por los alimentos “crackers”, los chiclosos haciendo que rechacen algunos alimentos.
Tacto: la percepción de las texturas de los alimentos granulosos, astringentes, fibrosos, geles, etc. puede provocarles un rechazo a la comida, bien porque no sea aceptada dentro de la boca o al ser tocada con las manos.
Sabores: algunas comidas pueden resultar muy desagradables, haciendo que a veces la persona adquiera la costumbre de limitar su alimentación a un número reducido de alimentos, esto es más cuestión de gustos y no tanto de reacciones por la alimentación.
Visual: la forma de presentación de los alimentos, así como la propia forma y color de estos, pueden ser una causa de rechazo o aceptación de determinados alimentos. Los alimentos más aceptados en función de su color, son aquellos de colores rojos, a
marillos, naranjas, tienen poca aceptación los verdes y colores oscuros.
Olfativa: los niños pueden notar a veces ciertos olores de la comida que para otras personas nos resultarían prácticamente imperceptibles, haciendo que sean más sensibles a la atracción o no hacia los alimentos; por el contrario comidas y sustancias que tienen para nosotros un olor muy desagradable, pueden mostrar verdadero interés por ellos.
Hiperselectividad alimenticia
La hiperselectividad alimenticia está asociada a la diversidad de los alimentos que come el niño. Comentarios de la familia del tipo “Sólo como el pollo empanado y de ninguna otra forma”, “Antes comía gran variedad de alimentos y cada vez le gustan menos comidas” “Sólo toma los batidos de cierta marca” “Es imposible que pruebe algo nuevo de comer”, etc. son las consecuencias de la
hiperselectividad.
La comprensión visual que tienen los niños de los alimentos por su forma, color, apariencia, así como la dificultad para la integración sensorial en su conjunto, hace que muchos alimentos sean rechazados; también la inflexibilidad mental que manifiestan los niños, la invariabilidad a los cambios y la restricción de sus intereses, son desencadenantes de la hiperselectividad.
Alteraciones gastrointestinales
Muchos de los niños con autismo presentan problemas de tipo gastrointestinales como estreñimiento, debido a una restricción alimentaria, a una mala masticación a la medicación, y a un problema sensorial que surge a la hora de ir al baño, pero no por la condición de tener autismo.
En otros casos los problemas gastrointestinales vienen determinados por el rechazo y la limitación de determinados alimentos, como son las frutas y verduras, ricas en fibra.
Rigidez e inflexibilidad
Uno de los síntomas diagnósticos del Trastorno del Espectro Autista es la rigidez, este se puede dar en diferentes ámbitos incluyendo el alimentario, pudiendo llegar a conductas incluso obsesivas.
Condicionamientos clásicos negativos
El condicionamiento clásico es la conexión que existe entre un estímulo nuevo y un reflejo ya existente. Es decir una nueva relación estímulo-respuesta que es producto de la experiencia.
Un claro ejemplo de condicionamiento clásico negativo, es cuando un niño tras realizar una comida, tiene una experiencia negativa, como puede ser dolor abdominal, nauseas, vómitos… lo que genera un refuerzo negativo de esa experiencia, haciendo que ese recuerdo se haga extensible a otros alimentos similares, provocando la negativa a comer esos alimentos.
Del mismo modo, en ocasiones el buen hacer de los padres porque los niños coman, llevan a situaciones de forcejeos, broncas, enfados etc., lo que ocasiona que estas situaciones sean un refuerzo negativo provocando así mismo un malestar negativo en el niño que va a generar la negativa.
Problemas conductuales relacionados con otras áreas del desarrollo
El resto de los aspectos del desarrollo como son cognitivo, motor, comunicación y social del niño influyen de manera directa en su alimentación.
Otro de los criterios para diagnosticar a un niño/a de TEA es que esté presente una cierta alteración social. En este caso, las comidas y las cenas son actos sociales que pueden causar ansiedad al niño y puede no saber cómo actuar en diferentes ocasiones.
También, en algunos casos el trastorno de la alimentación se produce por un “poder” mal establecido, es decir, el niño/a “se apodera” de la situación de comida como área de “poder y control” siendo el niño el que determina los límites de lo que se come y lo que no, cuando y qué cantidad, siendo de importancia que desde el primer momento se establezcan estos límites y el rol de cada uno.
No debemos olvidar, que por encima de todo se trata de niños y que especialmente en la comida quien debe tener el control es el adulto.. Para esto es necesario que el niño se sienta con poder de otras situaciones. Podemos ofrecerle cosas que no nos importe que rechace o momentos en los que pueda elegirlo que más desea, estableciendo dónde sí puede decidir y dónde decide el adulto.
Por ello, en la próxima entrada de Problemas de Alimentación en el TEA haremos hincapié sobre la Intervención de estos.
Referencias:
Wheeler, M. La Hora de Comer y los Niños en el Espectro del Autismo: Mas Allá de Melindres, Exigencias y Manías. Indiana Resource center for Autism. [En internet], Jan 21, 2015 [20 /3/2015].Disponible en: http://www.iidc.indiana.edu/?pageId=585nte:
Baratas M, Hernando N, Mata MJ, Villalba L. Guía de intervención ante los trastornos de la alimentación en niños y niñas con trastorno del espectro del autismo (tea). Federación Autismo Madrid; Madrid (2012)